En la Edad Media el pueblo fue villa episcopal, de ahí que aún hay restos del palacio arzobispal. Está dedicada a San Lorenzo y es de estilo gótico florido.
En su interior destaca el retablo mayor (1530-1540), en madera tallada, dorada y policromada, de estilo churrigueresco con 12 tablas pintadas del siglo XVI, cuatro de los evangelistas, cuatro escenas de la vida de San Lorenzo, y cuatro de la vida de Jesucristo.
Se comenzó la reconstrucción de la Iglesia a fines del siglo XV o principios del siglo XVI y se terminó en el año 1520.